Estimados lectores, buen día, hoy les quiero compartir un tema relevante vivido por muchos, sobre una condición emocional, afectiva, cognitiva que adolece y afecta a muchos en los distintos niveles de la vida, o en las diferentes etapas de cada quien, ya sea niños, adolescentes, adultos, pareja, familia, académicamente, socialmente y demás.
Resulta que hay emociones que cada uno se va cargando en el transcurso del tiempo, emociones como cólera, tristeza, alegría, lujuria, ira, miedo, entre otras emociones que muchas veces no nos pertenece y que sin embargo las hacemos nuestras y las arrastramos, generando una bomba de tiempo como lo suelo decir en terapia, dicha bomba emocional cuando estalla, afecta en como vemos la vida, hace que lo que parecía bonito e interesante deje de serlo, por ejemplo las metas personales, los objetivos, la motivación, las ganas de seguir adelante, personalmente uno se siente magullado y con la desesperanza encima, haciendo esto que se quiera dejar todo atrás, de tirar la toalla y decir ya no doy más, pero más allá de aquello hay algunos aspectos ocultos en cada uno que nos puede ayudar a rescatarnos, pero es difícil ver en una habitación oscura, es difícil caminar en senderos que aun no se han explorado es por ello que en terapia se ayuda a la persona a descubrir donde esta, a caminar juntos y generar una luz de esperanza desde la oscuridad, aceptar y reconocer aquellas cosas que hay que dejar salir y fluir, y quedarnos con ese aprendizaje que hay que tener en cuenta cuando se vuelva a sentir así, es un acto de reciprocidad de estar y no estar, se sentir y no sentir, de quedarse y salir, generando aun más consciencia de ese estado de tristeza profunda o depresión como la conocen mayormente, y que dicha consciencia mas despierta de esta condición hace que uno mismo vea con mas claridad donde ordenarse y comenzar a cerrar la herida, el ciclo, la necesidad y a partir de allí optar por herramientas personales, por recursos que estaban ahí ocultos y que con la terapia se ve con más claridad.
Estar triste es una condición humana
natural, es como tener hambre o tener sed, o tener sueño, es algo que hay que
satisfacer y lograr un equilibrio entre lo que se siente triste y lo que se
puede sentir alegre, sin embargo la tristeza puede ser muy sutil y entrar con
fuerza en la esfera emocional y afectiva de cada quien, cuando uno se siente
sin ganas de hacer algo, con ganas de abandonar la familia, dejar el trabajo,
pensar solo en cosas tristes o que ocasionan ganas de llorar, con desesperanza
hacia la vida, sin motivación de seguir, son algunas de las acciones o
situaciones que indica que ya se esta entrando en ese territorio hostil y una
de las armas que se tiene es la palabra, hablar sobre ello con algún familiar o
conocido de confianza, y si no se tiene a nadie, contactar con un profesional
para conversar sobre ello y empezar a dejar que eso fluya, siempre es bueno
conversar.
La depresión, territorio hostil,
lo llame así porque he vivido y he visto como es ese estado depresivo, esa condición
de vida, es un territorio calamitoso, sombrío, gris, donde uno entra sin armas,
sin recursos y lo que sucede luego es desastroso, porque uno se hunde mas y mas
y mas y parece no haber salida más allá que la muerte de todo, es como un truco
mental, donde todo parece estar perdido, un juego vil de manera individual que
cada uno se genera para desligarse de algunas acosas que pesan afectivamente o
ciclos no curados o cerrados, es por ello que cuando se conversa con alguien
sobre esa condición es comenzar a salir, es comenzar a ver con claridad, es ser
mas consciente de si mismos y obtener recursos personales que son de utilidad
ante este territorio hostil como es la depresión.
Espero esto sirva de algo, y de
alguna luz para comenzar a actuar frente a ello, conversar es muy terapéutico,
busca ayuda, busca conversar, empieza dando el primer paso para salir de ese
estado en caso identifiques que estas entrando en ese estado. Lo mejor de mi
para ustedes. Abrazos.
Consultorio psicológico
CCAP ASCENDER.