Y es que cuando uno se encuentra en esos momentos de soledad, donde los pensamientos invaden la cabeza, las emociones revolotean, llevándonos a situaciones de caos existencial, donde la actitud es de quietud y silencio, enfocándonos más en lo exógeno, o sea, en lo que puede ocurrir fuera de nosotros mismos.
Pasa que cuando la persona aprende de pronto a mirarse y escucharse y entrar en su momento de silencio escuchando sus voces, observando sus pensamientos, donde la quietud se convierte más en una inquietud por hacer algo para salir de ese estado.
La soledad es entonces, ¿estar solo?, o es más aprender a estar consigo mismo, porque la mejor compañía que puedes tener, es a ti.
Dentro de la solitariedad puedes acompañarte a estar más en ti, conocer más de ti, mirarte más a profundidad y escucharte con más conciencia de lo que se dice y como se dicen las cosas, ser más consciente de uno mismo es despertar un amplio abanico de posibilidades y alternativas ante situaciones críticas, difíciles o problemáticas, dando como resultado un mejor manejo de la ansiedad, canalizando mucho mejor las emociones, sin llegar al estrés ni al desánimo, es entonces la soledad una vía para aprender a ser mejor y a partir de allí dejar de estar en soledad, dando al entorno una compañía más despierta, más seguro, mas cool…
Aprender de uno mismo es una tarea difícil, pero satisfactorio al final, mirar la vida desde otro ángulo, mirar la realidad con otro lente más claro, con otras tonalidades, y seguir subiendo escalones o seguir ascendiendo la montaña hasta llegar a la cima, ser mejor es ayudarte y luego ayudar a los demás.
Atte.
Tu psicólogo
Miguel Angel Roncal Ayala
Psicoterapeuta.
Consultorio psicológico
CCAP Ascender.
